y un tanto de aburrimiento. Y no me refiero sólo al matrimonio, o si, pero a ese con una misma o con las ideas, creencias, hábitos, saberes y demás que rigen nuestra cotidiana existencia.
Estoy yendo a psicoanálisis y es que 7 años de maternidad, me han dejado ya un poco loca, con tantas preguntas, deseos insatisfechos, luchas cotidianas, que si soy buena madre o no, que si quiero emprender mi negocio propio pero no me da la vida, que si la relación de pareja se ha vuelto un abismo y una quiere vivir enamorada. Pero la realidad es así; monótona, una se acaba vistiendo de los mismos colores siempre, cocinando lo mismo, regañando a los hijos de la misma forma, hasta teniendo sexo en la misma etapa del mes y en la misma posición y obteniendo los mismos resultados, un sentimiento de culpa y frustración por no estar ni cerca de llenar el ideal de mujer que nos hemos auto impuesto.
Teniendo las mismas conversaciones con amigas que también se quejan de su monótona maternidad, de sus monotemáticas discusiones de pareja, y su monocromática vestimenta. O con nuestras madres, por dios quién no tiene la misma conversación telfonica cada día con su madre, y cada que suena el teléfono y es ella hay un disimulado levantón de ojos, en términos psiconalíticos, se le llama compulsión a la repetición y no es más que pulsión de muerte, es triste pero vamos todos hacía la muerte inevitablemente, pero sin disfrutar la vida, qué jodido.
Y entonces los temas para el diván no faltan, pero me doy cuenta que cual vaca voy rumiando sobre lo mismo una y otra vez; la necesidad de ser una mejor yo para criar, no encadenando a mis hijos con las mismas cadenas generacionales que atan mi libertad, y en el fondo un profundo aburrimiento y falta de sentido por la vida.
La máxima revelación sobre el diván, es que no, la vida no es espontaneidad, disfrute constante y felicidad plena, a menos que sea una millonaria o tengas un marido millonario y puedas hacer y deshacer, y en esto soy sumamente sarcástica, porque no, ni el dinero trae la felicidad, si una esta aburrida. Y que hay que obligarse cada día a hacer lo mismo y sonreír y hacerlo de manera auténtica e incluso postear en redes sociales cuán diversa y divertida es nuestra vida. Aunque hagamos siempre lo mismo, la pantalla engaña, y ahí podemos decir lo felices y creativos que somos.
No busco llegar a nada realmente con este post, sólo a decir que neta; la monogamia, el monoteísmo, los monopólios y todos esos monos, realmente los lleva una el tuétano y no se irán espontáneamente; están en la forma en que te cuentas la vida, en tus sueños cuando duermes, en el sexo, la comida, la taza de café, lavar trastes porqué no queda de otra, es enserio la monotonía mata la ilusión de vivir. O por favor necesito que alguien me diga cómo se vive feliz viviendo siempre lo mismo, por más que te guste una película o una rola, ya a la décima vez ya te estás picando el ojo.
Que me vengan a decir cuán divertidas están dentro de sus monogámicas y monótonas realidades aunque no estén casadas, la monogamia es con las formas; o que aceptemos este mortal aburrimiento y podamos hablar de él sin tapujos; qué tantas estructuras monopólicas rigen nuestra cotidiana y monótona realidad y que tire la primera piedra, el que esté libre de aburrimiento.
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